Yo goce tanto, tanto cuando me contaron
Que te encontraron, bebiendo y llorando en la mesa de un bar
Y que cuando hubo amigos tan fieles que por mí preguntaron
Un sollozo que ahogara tu voz no te dejo ni hablar

Pero ya goce tanto, tanto cuando me contaron
Que tuve entonces que hacer un esfuerzo para no llorar

El dolor tal vez sea la causa de tu desconsuelo
Tú tenías que estar bien consciente de lo que pasó
Para hacerme pasar esa vergüenza con un compañero
Y la vergüenza es la herencia mayor que el tiempo me dejó

Pero en cuanto haya fuerza en mi pecho, no quiero más nada
Que venganza, venganza, venganza, al cielo clamar
Porque tú has de rodar cuál las piedras, que van rueda y rueda
Sin tener un pedazo de tierra, donde descansar

Pero en cuanto haya fuerza en mi pecho, no quiero más nada
Que venganza, venganza, venganza, al cielo clamar
Porque tú has de rodar cuál las piedras que ruedan perdidas
Sin hallar un pedazo de tierra donde descansar

Composição: Lupicínio Rodrigues